martes, 25 de mayo de 2010

AQUI, TU MUNDO

Tuve en rostro al desierto
calor que iba
secando sueños y heridas.

En surcos de dolor
tu sol penetró insolente
mis brazos hasta el cielo crecieron
y pude al fin... pedir... y pedir.

Primero sin raíces y en sombras
árbol fui
tiempo después río y ribera
montaña y valle
y dejé atrás
selva cerrada, isla escondida.

Fui y fui cambiando hasta ser
del paisaje por ti habitado
recorrido de amaneceres sonrientes
sembrado de gestos y besos
piedras brillantes y amor.

Tus caricias
lograron ser brisa y recorrerme
inocuos temblores de mis enojos
en el ayer se enterraron
y por primera vez hubo
en el abismo de mis ojos, reflejado
alma de sol.

Implacable, creciendo, seré
si me habitas
con el mejor de tus mundos.



ChicoMalo
19-01-2009

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