Después del espanto
a tu lado regreso.
Te odié.
Fue un impulso enraizado
en el temor, de lo que te creí capaz.
Y a tu inmensidad vuelvo
sabiendo que no pedirás perdón.
Necesito sentir ese amor fuerte y puro
que te nace en las entrañas.
Es por eso, que otra vez
te acepto así... inocentemente cruel
salvajemente tierno, impredecible
misterioso y amigo.
Me besa la grandeza de tus hijas, las olas
se alivianan mis penas, y puedo al fin
sentirme más humano
más pequeño
más humilde.
ChicoMalo
01-02-2009
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